Que los influencers muestran, además de su día a día, productos o experiencias que nos intentan vender es sabido por todos y no es para menos. Instagram es la red social por excelencia. Aquella que acerca al fan con el ídolo de una forma natural y sencilla con un sólo click.

De este boom de Instagram los que sacan partido son las agencias publicitarias. Éstas contratan a los influencers para realizar campañas con ellos a través de Instagram en la que se ahorran costes -a diferencia de grandes producciones televisivas- además de asegurar un mayor éxito de alcance.

En torno a esta tipología de publicidad, no obstante, ha surgido la polémica de la publicidad encubierta. Es decir, aquellos post de Instagram protagonizados por famosos o influencers con determinados productos sin ningún hashtag promocional en el pie de página ni ninguna mención directa hacia ninguna marca.

Un ejemplo de todo esto es Leo Messi con 75 millones de seguidores. En una de sus últimas publicaciones se muestra con una simple botella de vino donde se pueden ver a la perfección el etiquetado y alcanza 2 millones de likes.

El caso de Dulceida -la instagramer de belleza con mayor número de seguidores en nuestro país- nos muestra un look completo sin mención de hashtag promocional.

Otro caso claro es el de la actriz Paula Echevarria con 2 millones de seguidores, quien en muchas de sus publicaciones etiqueta a marcas que le ofrecen sus productos.

Pese a las facilidades que da Instagram para diferenciar un post publicitario de otro que no lo es, a día de hoy se puede añadir en una foto la categoría “post patrocinado”. La publicidad pasa a ser encubierta en el momento en el que se obvia esto y se muestran los productos tal y como son, haciendo un product placement propio de televisión.

En EEUU, el fenómeno ha ido más allá y la Comisión Federal para el Comercio envió una carta a 90 influencers advirtiéndoles de que estaban infringiendo la normativa de publicidad impuesta en el país. En el caso de España, no existe una ley determinada para este caso, ya que se rigen por la Ley de Publicidad en Internet que carece de especificaciones respecto a este tema.

Mientras tanto, el vacío legal persiste y la publicidad en Instagram se mantiene en auge. Quedando en manos del consumidor seguir aceptando o no este tipo de post y distinguir entre contenido propio o publicitario.

Por @brainlessguys